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quedando reservado a los miembros de la Junta la distribución de los car– gos en una reunión posterior. Hasta junio de 1933, el discretorio o, al menos los cargos de más res– ponsabilidad, los desempei'lan las hermanas. Desconocemos lo que sucedió desde junio de 1933 hasta 1946. En este ai'lo aparecen en el libro de actas dos discretorios correspondientes al grupo de hermanos y de hermanas. Los dos discretorios tienen su reunión mensual con la asistencia del di– rector, exponen sus problemas y adoptan los mismos acuerdos. En 1948, cada discretorio tiene su reunión mensual y cada tres meses una reunión conjunta. En 1958, la división de las dos ramas se profundiza aún más. No sólo hay dos discretorios, dos ramas dentro de la única Fraternidad, sino también dos directores encargados de animar según su carisma a cada una de las dos secciones de la misma. Los discretorios, previo anuncio, se reúnen mensualmente por separado en un local del convento. Comienzan las reuniones de la Junta con las oraciones que impone el reglamento. El tesorero lee a continuación el ba– lance de cuentas, se proponen las peticiones de ingreso y al final se habla sobre los problemas de la Fraternidad y se aprueban algunos acuerdos. Las actas se cierran con una fórmula más o menos estereotipada: «Y no habiendo más asuntos que tratar, se levantó la sesión de la que extiendo la presente acta». El ai'lo 1942, por iniciativa de la Junta, surge la idea de · crear una Asamblea general ordinaria, que se tendrá una vez al ai'lo y en la cual la Junta dará cuenta a todos los hermanos de su gestión, vida y actividad en la Fraternidad. Con la aprobación de los estatutos en 1947, esta asam– blea pasó a ser obligatoria. Esta asamblea general ordinaria se ha venido teniendo ininterrumpidamente todos los ai'los alrededor de la festividad de San Valero, 29 de enero. Queda constancia de estas asambleas generales, al menos de la mayoría, gracias a unas memorias impresas, mecanogra– fiadas, multicopiadas o escritas a mano que se conservan en el archivo. A estas asambleas se les ha dado mucha importancia y ha habido ai'los en que se han celebrado con cierta solemnidad. En ocasiones ha presidido el padre provincial y se han cursado invitaciones al párroco de Santa En– gracia y a los directivos de las diversas ramas de Acción Católica del barrio de Torrero. En estas asambleas, tras unas palabras de aliento del director, el her– mano ministro hacía el balance de todas las actividades realizadas por cada una de las vocalías: balance ecoñomico, altas y bajas de la Fraternidad y los difuntos habidos durante el ai'lo. De unos ai'los a esta parte, es el responsable de cada vocalía el que expone la actividad desarrollada. 54

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