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El segundo factor de crecimiento fue la peculiar naturaleza de su crea– ción. No brotaba como planta recién nacida. Era la pujanza vigorosa de un árbol que buscaba adecuado transplante y expansión, más allá del am– biente estrecho de la antigua capilla en la avenida de América. La obra, llena de optimismo, nació a la vez con un signo de contra– dicción y lucha interna que a ratos llegó a ser áspera. La nueva iglesia de San Antonio abrió solemnemente sus puertas al culto el dia 25 de julio de 1944. El 29 de septiembre se inauguró el nuevo convento. Y desde esta fecha, comienza todo el abanico de actividades pastorales, unas trasladadas de la capilla de la avenida de América y otras nacidas a la sombn, del nuevo santuario. Es dificil valorarlas. Me limito simple– mente a ir describiéndolas. La atención a la pastoral del confesonario ha supuesto una de las tareas mgentes que, desde un principio, se echaron los religiosos sobre sus espaldas. Se instalan diez confesonarios. Da la impresión de que el santuario se había levantado para atender confesiones. Todos los días de precepto, domingos y festividades más importantes se veían racimos de penitentes esperando de pie a ser atendidos en confesión. En dias labo– rables, había tarea continua durante toda la mañana para cuatro a seis c-0nfesores. Durante muchos años, los sacerdotes se liberaban de toda otra atención a la gente en la portería para poder dedicarse los días de más afluencia a la pastoral penitencial. Desde las seis y media de la mañana hasta las doce y media y de tarde desde las cuatro y media hasta las nueve era el horario de atención en los días de más actividad. Paralelamente, la buena fama de confesores hace que aumente el deseo de muchas religiosas y religiosos que los llaman a sus conventos para el mismo ministerio. En 1949 los capuchinos son confesores ordinarios de cinco comunidades y extraordinarios de once. En 1957 atienden habitua.1- mente a catorce comunidades. El año 1961 la atención llega a diez co– munidades. El número de comuniones distribuidas en nuestro santuario es un índi– ce relativo de la intensidad del culto. En este decenio la media anual es de 222.800 comuniones. La Crónica de 1946 arroja estos datos: En la festividad de San José se distribuyen 2.500 comuniones. En los dias de la Novena de San Antonio el promedio diario es de 700 comuniones. 34

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