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Un grupo de seglares es quien se encarga de llevarla adelante con todo interés y dedicación. • En este amplio campo tienen también lugar las notables actividades sociales relativas a la educación desarrolladas por el Colegio San Antonio, como se verá en el capítulo V. Igualmente debería constar todo el pro– grama de formación religiosa y de ayuda social prestado por lo que ha supuesto «El Mensajero de San Antonio». También queda minuciosa– mente resellado en el capítulo IV de este libro. MIRANDO AL FUTURO Los que vivimos en los tiempos actuales, herederos de obras y activi– dades sorprendentes que se han ido acumulando a lo largo de los cin– cuenta ailos de trabajo de los capuchinos en Torrero, nos encontramos en circunstancias distintas a las que seilalaron el derrotero de los apóstoles pioneros del barrio. Desde la fisonomía ambiental del barrio y la composición demográfica del mismo, desde los problemas socioeconómicos diferentes y el enfoque cultural que se da a la vida, pasando por fenómenos tan distintos tanto en lo político como en lo religioso que van configurando las caracteristicas de estos tiempos, necesariamente la pastoral también tiene que enfocarse desde otras perspectivas. Todos estos profundos cambios operados en el entorno geográfico, cultural y religioso están replanteando unos cauces nuevos para la actividad de los capuchinos en Torrero. Es verdad que muchas obras, como tales, han desaparecido porque ya la necesidad para la cual nacieron también se ha terminado. Lo que queda de nuestros antepasados es, sobre todo, el esplritu de entrega, el entusias– mo, la sensibilida¡I para presentar soluciones eficientes a los problemas del momento y la visión de que toda pastoral tiene que afincarse en la realidad y concretez de la existencia humana. Y todo ello desde el ángulo de la fe, motivación ineludible para los que siguen el evangelio. La linea incontrovertible marcada por el profeta de nuestro tiempo el papa Juan XXIII desde el comienzo del Concilio Vaticano II y que la Iglesia debe asumir como su tarea esencial es «reconstruir el tejido comu– nitario de la Iglesia>>, es decir: crear comunidad. Es un punto claro en nuestra dinámica pastoral. Hacer una comunidad que viva, exprese, sea testigo y celebre su fe. Una comunidad que rompa el anonimato de la gran ciudad, que esrreche a los hombre en lazos de 31

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