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En la actualidad hay dos turnos y es el P. Miguel de Artajona quien, desde el comienzo hasta nuestros dias, hace de asistente religioso. La Pla Unión de San Antonio aparece funcionando en la capilla desde sus primeros días. Sin embargo, no fue m••v pujante su vida, según nos cuenta la Crónica. «Respecto de esta asociación copiamos la nota del P. Basilio de Gta que es el que la dirige. Fue erigida en esta Capilla por decreto del Rmo. P. General de los Frailes menores, el dia 4 de abril de 1930. Pero no se celebraron cultos religiosos hasta septiembre de 1935, destinando para ellos el segundo domingo de mes. En la actualidad (1936) cuenta con 270 asociados. No existe junta, coros ni celadores. La mayor parte de los que ingresan en la Asociación se inscriben en los días de la novena de San Antonio o el día de la fiesta del santo. Pero pasados dichos dias, la mayor parte no hacen acto de presencia en la Capilla, hasta el ailo si– guiente. Sin embargo, el P. Basilio dice una conferencia cada mes, esco– giendo según consigna más arriba, el segundo domingo.» (Crónica, pá– gina 193.) Es otra de las asociaciones que se traslada a la nueva iglesia de San Antonio. La Cofradía de la Virgen del Carmen tuvo poca vitalidad. Así se ex- presa el cronista: «Comienza la novena en honor de la Virgen del Carmen, patrona del Barrio. Asistencia muy deficiente... parece demasiado predicar una no– vena, lo más un triduo»... «No merece la pena el trabajo que todo esto supone para el poco aprecio que los fieles hacen de estos actos.» (Cró– nica, pág. 147.) El nacimiento de la Orden Tercera Franciscana es paralelo al comienzo de las actividades de los capuchinos en Zaragoza. Quedan descritas su historia, su vida y peripecias en el capítulo 111. La Cofradfa de la Buena Muerte es otra de las cofradías que han exis- tido en esta capilla a lo largo de los cincuenta aí'los. «Es con mucho la asociación religiosa más floreciente de la Capilla. Cuenta apuntadas en sus filas 921 famil;as con un número aproximado de 5.000 cofrades. A su cargo corre el ~.:introl de los enfermos graves de la barriada para que todos reciban los ultimos sacramentos y los auxi– lios espirituales. Desde la capilla se visita a diario a todos los enfermos graves y a los crónicos se les atiende los primeros viernes y en todas las fiestas más solemnes.» (Boletfn Oficial de la Provincia Capuchina de Navarra, Cantabria y Aragdn, 1954, pág. 33.) No es de extraftar, por otra parte, la vitalidad de esta cofradía en el barrio, ya que la atención a los enfermos ha sido uno de los apostolados 23