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drcmos asegurar que la experiencia no llegó a madurez, siendo muy rela– tivo en la vida del creyente el valorar desde fuera aspectos tan vitales como éste. Lo que si vemos es que el trabajo desbordó los límites iniciales; que el pretendido contacto con las otras fraternidades, sobre todo la de San Francisco, nunca existió, y que tal vez no llegó a encontrarse un nuevo tipo de formulación, sobre todo en expresiones de fe. La proble– mática de tipo personal, con ser tal vital, la dejamos a las mismas perso– nas. En la Definición del 14 de octubre de 1974 se da lacónicamente el hecho de su desaparición (cf. Bol. Of. septiembre-octubre 1974, p. 187). Tal vez fue el precio de una crisis más general el precio que hubo que pagar. Un precio, por lo demás, bien alto en cuestión de personas. Su experiencia, sin duda, que les benefició personalmente y también al resto de la Provincia como punto de referencia. Los vecinos del barrio, los com– prometidos en la Asociación de Vecinos de Venecia, los luchadores por una prensa libre en la ciudad de Zaragoza y seguramente que muchos otros recordarán gratamente a aquellos frailes que pretendieron vivir su opción cristiana desde unos presupuestos más acordes con su conciencia y su visión del mundo de hoy. LA FORMACIÓN Quedaria incompleta esta reseila histórica si no dedicáramos, siquiera una breve mención, a aquellos que se han formado en nuestros seminarios de Torrero. Efectivamente, a lo largo de los cincuenta aflos de presencia de los capuchinos en Zaragoza, todos los vecinos de la ciudad han caldo en la cuenta de la importancia que se ha dado a la empresa de regenerar la savia que vivifican las obras apostólicas, sociales y humanitarias de los capuchinos de Zaragoza. Muchos son los que, tanto religiosos como se– glares, han colaborado en la formación de nuestros candidatos a la Orden. Permitasenos hacer una sucinta mención de cada una de las etapas. a) El Seminario de Fllosofia (1951-1972) El 13 de abril de 1947, el Definitorio provincial acordó el traslado a Zaragoza-San Antonio de los dos cursos que formaban el colegio de Este– Ua (3. 0 de filosofla y l. 0 de teologla). Fue un paso previo. La instalación definitiva del trienio filosófico se efectuarla en 1951, trienio integrado por los estudiantes provenientes del último curso del seminario menor de Alsa- 112

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