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El 24 de abril, día en que se iniciaban las clases después de las vaca– ciones de Semana Santa, el colegio comenzaba una nueva andadura. Desde el curso 1973-74 los cuatro niveles de EGB estuvieron alojados en el con– vento de San Antonio del paseo de Cuéllar: dos grupos en el antiguo dor– mitorio del ala del este. Un grupo en la clase del antiguo seminario, otro grupo en lo que había sido capílla, y un quinto grupo en la antigua bi– blioteca. El nuevo colegio está pensado para 24 unidades de EGB, es decir, 960 alumnos. Actualmente se está transformando en colegio mixto. En la calle de Monterregado están alojadas seis aulas de preescolar con un total de 240 alumnos. El colegio ha ido adquiriendo durante estos últimos años un perfil nue– vo caracterizado por estos rasgos: a) Educación de los alumnos desde la perspectiva del evangelio para que puedan asumir las propias responsabilidades desde la libertad y la re. Este contenido educacional ha quedado ampliamente reflejado en el idea– rio. Se pretende «ofrecer una visión de la realidad desde la perspectiva del evangelio: re– lación personal y comunitaria con Dios, afirmación de los valores trans– cendentes de la persona, entender la presencia del hombre en el mundo como la colaboración en la obra de Dios». (N.• 19.) b) Participación de los padres. En los momentos de mayores dificul– tades, se ofreció a la Asociación de Padres la posibilidad de que la aso– ciación fuera propietaria del centro, con algunas indicaciones básicas: la dirección y orientación pedagógica, así como la contratación del proíeso– rado serían íunciones de la Orden capuchina. Los padres no se sintieron con ánimos para asumir responsabilidades tan graves. Sin embargo, se está avanzando notablemente ·en la participación de los padres en la di– rección del colegio. Existe la Asociación de Padres, legalizada civilmente y muy activa. Los padres están presentes en las siguientes comisiones: comisión económica, comisión de control de subvenciones, comisión de disciplina, comisión de admisión de alumnos. e) Encarnación de los alumnos en fo vida del barrio. El colegio ha nacido en el barrio y para el barrio. Es una continuación de la obra ini– ciada por nuestros primeros capuchinos que llegaron a Zaragoza. Han sido mul·ho, lo, religiosos que han expresado su temor de que el colegio, al ser nuevo y estar construido en la parte de abajo del canal, se convierta en un colég¡o de clase, medias. Este riesgo no existirá mientras la base de crcdmiento vegetativo sea la pree~colar de la calle de Monterregado. 97