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A la Inmaculada Concepción en su Año Mariano Otros te han ofrecido presentes opimos. El erial de mi corazón no da frutos meJores. Mi primicia es silvestre y acerba. Pero confío que, por la bendición de tu gracia, llegará a sazón y aprovechará a quienes la gusten. Tú nos dices que quienes te esclarecen, ten– drán vida eterna (Cfr. Eccli. 24, 31). Para eso he escrito estas páginas en el año de la muerte de mi madre (t 12-2-54): para que, en pago de haber colaborado a que todos te conozcan y amen, nos hagas verla en el gozo de la eterna claridad. Lecároz, 21 de noviembre de 1954. Presentación de la Virgen.