BCCCAP000000000000000000000195

zas del espíritu, es mayor la necesidad de la Madre. La sintieron los santos. Pues, al par que aumentaba su vida de gracia, se estrechaba su unión con la Ma– dre. Hasta el postrer suspiro. Aun en el Cielo quedaría menguada la bienaven– turanza sin la visión y el amor eterno de la Madre que con su gracia nos deparó tal gloria. Misterio gozoso fué para la Pastora el naci– miento del Cordero de Dios en el establo de Belén. Nuestro nacimiento, doloroso: en el Calvario, al pie de la Cruz. Tan entrañablemente nos amaba que consintió en la muerte de su primogénito por darnos vida. Renunciaba a sus derechos sobre el Redentor pcr adquirirlos sobre los redimidos. · ) Madre corredentora: infúndeme conocimiento agradecido de tu maternidad, de mi relación vital contigo. 48.-HIJO La Pastora es tu Madre, la mejor de las madres. Tú, su hijo. lEl mejor de los hijos? Recuerda lo que entraña el nombre de hijo: amor, piedad filial, obediencia, veneración. Amor tierno a tu Madre y Pastora. Tu corazón debe reconocerla y proclamarla constantemente por Madre. Conforme pasan los años, acreciéntese tu amor agradecido, tu confianza en Ella. -76-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz