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De la grey de nuestra Pastora se dice en la Es– critura (1): "No padecerán hambre ni sed, ni les herirá el viento ardoroso ni el sol. Pues (la Pastora) se compadece de sus ovejas y las conduce al manan- tial." El Señor se queja de quienes le abandonaron a El, fuente de aguas vivas, y se excavaron aljibe!'.\ agrietados (2). Las cisternas secas y rotas, grandes en aparien– cia, convidan a sí a quienes las ven de lejos, y les prometen mitigar su sed. Mas en verdad son hoyos. hondos y oscuros, yermos del agua que vocean, lle– nos de cieno hediondo. La Pastora guía al venero perenne, al prometido por el buen Pastor a la Samaritana, oveja descarria– da y sedienta (3). Nos dice la Madre del Cordero de Dios (4): "La fuente de mi huerto es un manantial de aguas vivas que fluyen del Líbano." Vivas, porque perpetuamente manan. Cristali– nas, nacidas de las nieves del Líbano. Fuente con todas sus buenas cualidades: copio– sa, pura, sosegada, fresca, sabrosa, inagotable. Fuente sellada (5). Guardada y cercada con todo cuidado, para que ni el polvo, ni la hojarasca, ni los animales, ni los viandantes turben su serena cla– ridad. No le alcanza a nuestra Pastora la censura en- -69-