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se vino a buscar en nuestro ejido a la Pastorcilla de ganado, aficionado de su voz y pagado de su buena cara. El rostro de la Anunciación. La voz del Magni– ficat. Fruto de su vientre era y a Ella se parecía el más hermoso de los hijos de los hombres. Halló la Virgen tanta gracia delante de los ojos de la Trinidad Beatísima, que el Espíritu Santo se holgaba de. mirar su faz y oír su voz y le decía en el Cantar de los Cantares: "Muéstrame tu sem– blante, hazme oír tu voz, pues tu voz es dulce y tu semblante hermoso" (2). "Panal destilan tus labios; miel y leche hay bajo tu lengua" (3). Dulzura, gracia y suavidad. ; Pues, si tan singular era su hermosura en la tie– rra, lcuál será ahora, realzada por la gloria in– mortal? 38.-LLENA DE GRACIA Al Espíritu Santo no le cautiva la belleza super– ficial y caduca. Al prendarse de la Pastora, reparó en la hermosura honda y perenne de su alma. Dios te salve, llena de gracia (1). Dichosos fueron los que contemplaron su rostro cuando vivía en carne mortal, y dichosos los santos a quienes se les ha mostrado en luminosas apari– ciones. - 61-

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