BCCCAP000000000000000000000195

La Pastora, la Llena de gracia, entiende la des– ventura del alma tullida, se apiada de sus ayes, de sus miradas lánguidas y, como su Hijo, le infunde fuerza para que se levante y ande. No temas acudir a su amor compasivo. 28.-DURANTE LA TEMPESTAD Libraré a mis ovejas de todos los lugares por donde se dispersaron en día de nubarrones y os– curidad tormentosa (1). No le arredran al pastor las inclemencias del tiempo, porque busca el bienestar de sus ovejas. Cuando el resistero de los caniculares, las guía a reposar en ia umbría del soto. En los días hela– dos, al abrigo de los carasoles. Si amenaza tormen– ta, las guarEce en la majada. La grey de la Pastora sobrelleva con resigna– ción, con alegría, las horas de tempestad. Durante ellas es más visible la unión de todas las ovejas. Sobre la majada fulgura el relámpago o retum– ba el trueno de la persecución. Desciende la nieve y oculta la dehesa, la vega, los montes. Cae la no– che. Silban y gimen el cierzo y la ventisca. En torno de la Pastora se apiña el rebaño. Un solo rebaño. Nunca más cerca de Ella. El relámpago no atemoriza. Ayuda a contemplar por un momento el semblante divino de la Pastora. El estruendo no perturba. Tras él, descuella más la -4o-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz