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Muestra su solicitud la Pastora san.ando lo en– fermo, esforzando lo flaco; guardando lo sano, bus:.. cando lo perdido y trayéndolo al rebaño aun enci– ma de sus hombros. Da remedio a sus ovejas de todos los males que les habían venido en el día de. los nubarrones y de la oscuridad tormentosa del pecado original y de los personales, mortales y veniales, si de ellos piden perdón y hacen penitencia verdadera. Acude a su balido. No es olvidadiza. IOh! iSi viesen nuestros ojos el celo con que guarda la Pas– tora a las almas y cuán en salvo las tiene cuando ellas piensan que están ya perdidas! Así como supo regalar a su Hijo natural, ar Cor– dero de Dios, así sabe vigilar por los espirituales. Allá en el Salmo (2) se le promete al justo que los ángeles velarán por él en todos sus pasos y le sustentarán en sus palmas para que no tropiece su pie en piedra alguna. Piensa en las manos de los ángeles y considera cuál será la solicitud y suavidad de las manos de la Pastora, Reina de los Angeles. Desde el ocaso hasta la aurora, desde la aurora hasta el ocaso, vela sobre su grey. Conoce el precio infinito de la sangre del Redentor. De ahí su soli • citud maternal. Guárdate de sembrar escándalo, considerando las almas de tan poco valor como aves del campo, -44-

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