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vino, vuelve a nosotros esos tus ojos y condúcenos al camino derecho. 5. iOh! Dios, que con providencia inefable ri– ges y gobiernas todo el universo: concédenos a nos~ otros, servidores tuyos, que, por la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, que con so~ lícito cuidado nos apacienta, defendidos de los ene~ migos y saciados con la dulcedumbre de tu fruto, lleguemos sin zozobra a la patria celeste. 6. Señor nuestro Jesucristo, buen Pastor, que diste la vida por t~s ovejas, y a nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu ejido, cuando estabas pendiente de la Cruz, nos confiaste a la Virgen, tu Madre: por su intercesión, concédenos que, siguiéndote a ti, Pastor nuestro, en la tierra, lleguemos a la paz de la vida eterna en el cielo. 7. Divina Pastora de las almas, que en la co– lina del Gólgota asististe a la muerte del Príncipe de los pastores: mira propicia al Mayoral de tu Hijo, que desde la colina del Vaticano apacienta con su doctrina y ejemplo la grey cristiana diseminada por todo el orbe, y haz que, rodeado de las ovejas a él confiadas, llegue a la vida sempiterna. 66.-PROMESA l. Conforme he velado sobre ellos para extir– par, y para derruir, y para demoler, y para arrui- -102 -