BCCCAP000000000000000000000190

VIAJES APOSTOLICOS DE s. PABLO 69 sabios del Areópago, convirtiendo a Dionisia AreopagitcJ y otros muchos. Predicó diez y ocho meses en Corinto y formó allí una de las mejores cristiandades. Regresó d Efeso por mar, y desde allí a Jerusalén, y luego otra vez a Antioquía. 3.er Viaje. Lo hizo por Galacia y Frigia, llegando hasta Efeso. Después de una fecunda predicación, pasó a Mace– donia hasta Iliria. Permaneciendo algún tiempo en Grecia y Corinto, volvió a Macedonia, Troas, y Mileto. Despidióse de los Obispos del Asia Menor y regresó a Jerusalén. Acusado y puesto prisionero, apeló, corno ciudadano romano, al Emperador. Después de una larga y penosísima travesía, llegó a Roma, donde estuvo dos años encarcelado. Puesto en libertad, según la opinión más probable, vino a Espafia (1). Desde Iberia regresó al Oriente, pasando de nuevo por Creta, Corinto, Efeso, Mileto, Troas y Macedo– ni:1. Después le hallamos de nuevo preso en Roma, donde fué decapitado, probablemente el 29 de Junio del 67. 40. Modelo de Misioneros.-S. Pablo fué dotado de una alma muy grande, bien provista de conocimientos natura– les y sobrenaturales, de un corazón magnánimo. encendido en el celo de la gloria de Dios y la salvación de las almas; de una fortaleza y abnegación heróicas para arrostrar los peligros, las persecuciones, los naufragios, las cárceles, las cadenas y otras especies de tormentos que, repetidas veces, sufrió. Con dignidad apostólica de enviado de Cristo, exhortaba, corregía, reprendía. disputaba, perdonaba, se humillaba, defendía, y, como él mismo dijo, se hacía todo para todos para ganarlos a todos (2). Es un perfecto modelo del misionero católico que. (}) R.0111. XV, 24, 28. V. MARX, Historia Eclesiástirn, trad. del Ruic A~•ADO, Barcelona (1919). (2) I Cnr. IX, 22.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz