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56 N. T.-SANTOS EVANGELIOS es posible ni oportuno numerarlas todas; seleccionaremos las más principales, teniendo por divisa, como hemos hecho anteriormente, el universalismo de la Iglesia y la vocación de los gentiles. § 1. 0 Los Santos Evangelios 28. Misión divina de Jesucristo. -Podemos, sm duda, afirmar que Jesucristo es el primer misionero o enviado, en el sentido estricto de la palabra. En el Evangelio se nos habla, repetidas veces, de una misión recibida de su Eterno Padre, que, substancialmente, es siempre la misma: la salvación eterna de la humanidad culpable (1). Por S. Juan nos dice: «De tal manera amó Dios al mundo que le dió a su Unigénito; para que todo el que crea en él no perezca, sino que obtenga la vida eterna. No le envió para juzgarle, si no para que se salve por él» (2). Los judíos creían qU'e sólamente por ellos había venido el Redentor, pero con su doctrina les da claramente a entender que su misión se extendía también a las demás naciortes de la tierra (3). Yo he venido, dice, para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia (4). (1) Pueden consultarse, entre otros, los siguientes autores: MEINERTZ, Jesus als Begründer der Heiden Mission (1911); KNOPFLER, Die Al,komodation im altchrislichen Missionswessen; GmssEN. ]esus und die Heidenmission (1909); MAYER, Die Missionstexte des Neuen Testamentes in }Jeditationen und Predigtdispositionen (1906); WAR– NECK, Missionsstunden; BoRNEAMANN, Die Bibe! und die Mission (904); R1cHTER, El'angelischc ,\iissionskunde; F1scHER, Jesu letzter Vi/le (1906). (2) Joan, III, 16, 17. (3) Joan, II, 2. (4) Joan, X, 10.

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