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54 ZACARÍAS, MALAQUÍAS Apóstoles, que, habiendo recibido el Espíritu Santo, en Jerusalén el día de Pentecostés, salieron de allí a pre– dicar el Evangelio por toda la tierra. 25. Zocarías.-Este profeta, que había vivido mucho tiempo en Babilonia, vuelto de la cautividad con Zorobabel, animó a los judíos en la reedificación del Templo, anun– ciándoles para tiempo muy próximo, el advenimiento del Mesías esperado, el Salvador de Israel y de todo el mun– do, que vendrá sobre Sión y llenará a su pueblo de ben– diciones y prosperidades, por todo lo cual debe Israel alegrarse: «Exulta satis, filia Sion, jubila, filia Jerusalem; ecce Rex tuus veniet tibi Justus et Salvator; ipse pauper et ascendens super asinam, et super pullum filium asi– nae (1). Al Mesías y a su Iglesia convienen también aquellas palabras del mismo profeta: «El Señor será el rey de toda la tierra; en aquel día uno solo será el Señor y uno solo será su nombre (2). 26. Malaquías. -Malaquías cierra con broche de oro el ciclo profético con aquellas hermosas palabras en que todos los expositores han visto una alusión directa al santo sacrificio de la misa, que, por el mero hecho de ser ofrecido en todo el mundo, supone la catolicidad de la Iglesia y la universalidad de la redención: «Desde el oriente hasta el occidente, grande es mi nombre entre las gentes, dice el Señor, y en todo lugar se sacrifica y ofrece a mi nombre una ofrenda pura (cual es el Cuerpo y San– gre de Jesucristo en la Eucaristía); porque grande es mi nombre entre las gentes, dice el Señor de los Ejércitos (3). (1) Zach. IX, 9. (2) Zach. XIV, 9. (3) Malaq. I, 11. V. R. G. V1LLOSLADA, S. J. La sublime profecía de l,,,Ia/aquías en relación con los descubrimientos geográficos de lci Península Ibérica, Bilbao, s. a.
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