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50 PROFETAS. -lsAIAs S. Pedro: «Hacéis bien en atender a las palabras de los Profetas, como una antorcha que luce en un lugar te– nebroso, hasta que esclarezca el día y nazca el lucero en 1Juestros corazones» (1). 21. lsaías. (2). -El profeta lsaías habla con tánta cla– ridad de Jesucristo, de su divinidad, de su nacimiento, de su doctrina, de su pasión y de la uni1Jersalidad de su Igle– sia, que no sin razón se le ha llamado «el Profeta Eimn– gelista». En el capítulo noveno anuncia a los israelitas que serían destruídos, a la venida del Mesías. todos sus enemigos; «por cuanto nos ha nacido un Par1Julito, se nos ha dado un Hijo, sobre cuyos hombros será puesto el Principado, el que se llamará «Admirable», «Consejero» ... «Príncipe de la Paz». Se extenderá su imperio y la paz no tendrá fin: se sentará sobre el solio de Da1Jid y sobre su rei– no ... (3). «He aquí, dice en otra parte, que Yo alzaré mis manos a las .ctentes, y a la 1Jista de los pueblos levantaré mi ban– dera. Y traerán a tus hijos en brazos y a tus hijas llevarán sobre sus hombros» (4). Según S. Jerónimo, esta bandera será la Cruz de Jesucristo, que tendrá la virtud de arras– trar hacia sí todas las gentes de la tierra. El capítulo 60, francamente mesiánico, comienza con un cante, de alegría, en que el profeta invita a Jerusalén. figura de la Iglesia, a alegrarse por la venida del Mesías, del Redentor con tantas ansias esperado: «Surge, illumi– nare Jerusalem, quia 1Jenit lumen tuum et gloria Domini super te orta est. Quia ecce tenebrae. operient terram et caligo populos: super te autem orietur Dominus et gloria ejus in te videbitur. Et ambulabunt gentes in lumine (1) II Petr. I, 19. (2) FELDMANN. Die Beherung der Heiden Buche Isaias. (1919) (3) Is. IX, 6. (4) XLIX, 22.

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