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48 LIBROS SAPIENCIALEs.-JoB, SALMOS rales, cuyo cumplimiento debía disponer al pueblo judío pa– ra recibir dignamente al Mesías deseado. 18. Job. - Job, el paciente de Idumea, es ya una prueba de la universalidad por el mero hecho de ser gentil. Pero, ade– más, hay en su libro un pasaje que muchos comentaristas creen mesiánico, y que, de ser así, constituye una prueba bien explícita del universalismo de que venimos hablan– do: «Sé que mi Redentor vive, exclama en medio de sus dolores, y que, al final de los tiempos, he de resucitar, (1); palabras que expresan la creencia de aquel justo de la antigua ley, de que había de venir algún día el Redentor deseado, no sólo por los judíos, sino por él, gentil, repre– sentante entonces de todos los gentiles. 19. Salmos.-(2) El real profeta David hace muchas veces alusión en sus salmos al reinado y do– minación universal de Jesucristo. «El Señor me dijo: Mi hijo eres Tú. Y o te he engendrado hoy. Pídeme y te daré las gentes en herencia y en posesión los términos de la tierra (3) ». Como si dijera: Este hijo mío, hecho hombre, ejercerá su dominación sobre todas las gentes de la tierra, unidas bajo un solo cetro, el de la Iglesia, cuya cabeza será Jesucristo. «El-prosigue el real pro– feta-será rey de toda la tierra y someterá a su imperio a todos los pueblos ( 4), que le adorarán y cantarán him– nos a su santo nombre (5) ». «Dominará de un mar hasta el otro mar, y vendrán a postrarse delante de El los Etío– pes, los reyes de Tarsis, de Arabia y de Sabá, que le ofre– cerán ricos presentes. Le adorarán todos los reyes de lo tierra y le servirán todas las gentes ( 6) ». (1) Jon, XIX, 25. V. S. AGUSTIN, De Civitate Dei, lib. 22, cap. 29. (2) FELDMANN. Missionsgedanke im Buche der Psalmen. (1919), (3) Psali II, 7-8. (4) Psal. XLVI, 3. (5) Id. LXV, 4. (.6) LXXI, 9 y sig.

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