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LA MISIONOLOGIA EN EsPAÑA 33 parte de los siglos XVIIIy XIX, se vuelve a notar en Es– paña un nuevo y consolador florecimiento de esta ciencia. Las grandes Obras Misionales Pontificias de la Propa– gación de la Fe, Santa Infancia y S. Pedro Apóstol y la Unión Misional del Clero, que empieza a vivir vida exuberante, han despertado en toda España el entusiasmo por las Misiones y por las cuestiones que a ellas se refie– ren, habiendo dado con ello un gran paso la Misionología, En estos últimos años se han escrito numerosos traba– jos, preferentemente de crítica histórica referentes a las Misiones, como los que han visto la luz pública en la re– vista «Archivo Ibero-Americano», que publican los Padres Franciscanos de Madrid, y en otras revistas de misiones, como «Illuminare», «Misiones franciscanas», «El Siglo de las Misiones», «Misiones Dominicanas», «Biblioteca Carmeli– tano-Teresiana de Misiones», «La Obra Máxima», «Ar– chivo Agustiniano», etc. En Misionología jurídico-histórica tenemos las obras: «El regio Vicariato de Indias y los comienzos de la Con– gregación de Propaganda» y «Ocaso del Patronato español en América», del P. Leturia S. J., que ha publicado tra– bajos de la misma índole en diversas revistas. «El Patro– nato español y la conquista de Filipinas» del P. Francisco J. Montalbán, S. J. En Misionología histórica, o Historia de las Misiones, no hay más obras de conjunto que el opúsculo «Las Misiones católicas» del P. Hilarión Gil. En cambio, casi todas las Ordenes religiosas han dado a luz valiosas mo– nografías y Historias de sus respectivas Misiones, que sería prolijo enumerar. Y, por último, la Misionología descrip– tiva cuenta con la «Geografía-Atlas de las Misiones ca– tólicas» del P. Wenceslao Carda, S. J. Ultimamente se ha dado un paso decisivo en la Mi– sionología con la celebración de la gran Semana de Misio– nología de Barcelona, en Julio de 1930, donde se fundó

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