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22 CONCEPTO, ESPECIES Y FIN DE LAS MISIONES o práctica de la comisión encomendada, v. gr. dar o predicar una misión (1). Según esto, en toda misión podemos distinguir cuatro elementos: persona que envía (Dios o la Iglesia), enviado (apóstoles o misioneros), objeto (predicar el Evangelio) y lugar (territorio o personas a quienes se envía). 2. Especies de Misiones. - Las misiones pueden darse : a) entre fieles católicos, que ya conocen y poseen la reli– gión cristiana, para exhortarles a su más fiel cumplimiento; b) entre cismáticos y herejes, que son cristianos, pero están separados de la Iglesia Romana, que es la única verdadera; c) entre infieles, que no han recibido todavía la luz del Evangelio y viven envueltos en las sombras del paganismo. Algunos misionólogos restringen la palabra «Misión» a la última acepción; otros la extienden también a la segunda (2). Comunmente se denominan también «Misiones Extranjeras», en el segundo y tercer sentido. 2 bis. fin de las Misiones.-El fin de la actividad misionera es doble: uno genérico y otro específico. El genérico es la salvación de las almas, que es el objeto de todo apostolado, la finalidad común de toda actividad ecle– siástica y cristiana. El fin específico, en rigor técnico, es plan– tar o establecer la Iglesia de Jesucristo, en donde no lo está todavía de un modo perfecto y estable. Una vez que está establecida de modo definitivo, con su Jerar– quía correspondiente, ya no se puede llamar estrictamente país de Misión. Su deber es continuar el fin común a toda la Iglesia, o sea, la obra redentora de Jesucristo. Así, por ejemplo, los Estados Unidos de América, dUn– que existan todavía muchísimos paganos y herejes, no (1) V. G. B. TRAGELLA. Avviamento allo studio de/le Mis3ioni, cap. II. pág. 18, Milano, (1930). (2) G. B. TRAGELLA, o. c. pág. 19, nota.

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