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454 ÜRGANZACIONES MISIONALES y frecuentemente en las Epístolas de S. Pablo encontra– mos que piadosas y prudentes mujeres cuidaban de las cosas temporales de las nacientes cristiandades (1). A tra– vés de la Historia Eclesiástica vemos que la mujer de una manera o de otra ha intervenido y cooperado en la realiza– ción de las grandes empresas apostólicas; sin embargo, parece que en los tiempos modernos la participación de la mujer ha sido más intensa y universal. En la vanguardia del campo misional hay miles y miles de heróicas religiosas que colaboran con los misioneros en la conversión de los infieles; también en la retaguardia de la patria trabajan celosas mujeres por la salvación del mundo pagano (2). 342. Modos de cooperación.-De mil maneras pueden cooperar las mujeres a las misiones. Indicaremos algunas. a) Con la oración, medio fácil y asequible a toda clase de personas. ¿ Cuántas fervorosas plegarias no podrá elevar el sexo devoto poseído de la importancia de la evangeli– zación mundial?; b) con el ejemplo y el consejo, exhor– tando a los hombres y a los hijos a que se inscriban en las Obras misionales; c) con la propaganda, distribuyendo y haciendo penetrar en todos los hogares las hojas, re– vistas y libros misionales; d) haciendo de celadoras y recaudando fondos materiales para subsidio de las misio– nes pobres; e) confeccionando. ropas y ornamentos sa– grados para el culto; f) suministrando medallas, crucifi– jos, estampas, rosarios y otros objetos de piedad; g) pro– porcionando prendas de vestir para tantos niños, ancianos e indigentes que tienen que socorrer los misioneros. Por estos y otros muchísimos medios que el celo y la industria (1) V. GARRIDO, JAIME, S. J. Las primeras auxiliadoras de la.! Misiones. (2) V. P. J. ZAMEZA, S. J. El corazón de la mujer y las Misiones. Un hermoso esbozo histórico que consta de unas 120 págs.-P. F1s– :lll!R, O. C. p. 98.

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