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DE LA PROPAGACION DE LA FE 427 CAPÍTULO I DE LA PROPAGACIÓN DE LA l'E 314. Su origen.-La piadosa obra de la Propagación ,de la Fé tiene por objeto cooperar con oraciones y limosnas a la obra salvadora y civilizadora de los misioneros cató– licos. Tuvo su origen en Lyón de Francia y se debe a la iniciativa de una jovencita llamada Paulina María Jaricot que manifestó la idea de colectar, un día a la semana, una limosna para las misiones. Las primeras se recogieron de las operarias de una fábrica de hilados. La primera vez se reunieron seis francos. Esto ocurría el año 1820. Las ofertas iban aumentando paulatinamente, y en el 1822, entregaron al Seminario de Misiones Extranjeras de París 1.981,80 francos. La Obra bendecida por Dios, se iba desarrollando como grano de mostaza. El 3 de mayo del 1822 se unieron a la humilde doncella algunas buenas y distinguidas personas que determinaron hacer una grande obra para recoger limosnas de todas las na– ciones en favor de las misiones de todo el mundo. El Ar::o:.ispo de Lyón la aprobó y la bendijo, poco después la bendecía también el Sumo Pontífice Pío VIL Progresivamente se fué extendiendo por toda Europa, llegando a recolectar en 1840, dos millones y medio. En este mismo año Gregario XVI la aprobó y la enriqueció de indulgencias y privi– legios. León XIII y Benedicto XV aumentaron sus favores espirituales y la recomendaron vivamente a los Obispos y fieles de todo el orbe católico. El actual Pontífice Pío XI trasladó su Sede a Roma y la puso bajo la inmediata dependencia y dirección de la Congregación de Propaganda

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