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400 DE LA ADAPTACION MISIONERA lo todo y acomodarlo a los usos y costumbres de su patria. Concretamos aquí algunos aspectos de la adaptación, de– jando otros a la experiencia y ciencia de los mismos misio– neros. 288. 1. 0 Adaptación exferna.-La adaptación, aunque en teoría es fácil de aceptar, en la práctica ofrece con– siderables dificultades. La más fácil de todas es sin duda alguna la externa. Consiste en acomodarse en el vestir, eP el comer, en la vida familiar, en las etiquetas, cortesías y demás fórmulas sociales, a los naturales del país. Igual– mente, en la construcción de las casas, de las capillas, iglesias... es necesario tener en cuenta el estilo, arte, gustos y tradiciones del lugar. 289. 2. 0 Adaptación iuferna.-Más dificultoso es adap– tarse internamente en cuanto a la ideología sana del país. a su índole, psicología y modo de ser particular. Para pe– netrar en el alma del pueblo. es necesario conocer cómo piensa, siente y ama; cómo y por qué se mueve a obrar; por qué huyen o se acercan al misionero; qué confianza o temores les inspira, etc. El misionero es necesario que se adapte a toda esa psicología experimental y de observación cotidiana para que, acomodándose a ellos, les enseñe la fe, les predique con acierto, les convierta sin recelo, y ejerza su ministerio con frutos saludables y permanentes. 290. 3. 0 Adaptación pedagógica.-No menos necesaria es la adaptación en la formación intelectual. Unos pueblos son inteligentes y de viva imaginación, otros más tardos. lentos y flemáticos; aquellos están desarrolados y civiliza- (1) V. P. CHARLES, S. I., Autour du probléme de l'adaptation, Musseum Lessianum, Louvain, 1926. P. Z. ARAMBURU, S. J. La verda– dera adaptación etnológica, «Siglo de las l\1isiones», n. extraord. dic. 1929, 12.

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