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396 DE LOS METODOS HISTORICO-MISIONALES S. Bonifacio, S. Amando, etc. que avanzaban de ordinario rodeados de pléyades de monjes. Existían también las gran– des Abadías, rle las cuales salían los monjes a recorrer los países para cristianizarlos, conservando siempre su vínculo de unión con la Abadía a que pertenecían. La tendencia era a la conversión de las grandes masas, acrecentar el número, cuidándose poco de la consolidación e instrucción de los convertidos. Creían que ante todo era necesario sacar a los individuos del paganismo, que después del bautismo se irían educando cristianamente dentro de la Iglesia. Como resultado de la doble labor de los monjes de civilizar y cristianizar, se logró formar una Europa culta y cris– tiana. 282. 4. 0 Método milifar.-La Iglesia tuvo que recurrir -más de una vez a los medios violentos de las armas para librarse de los judíos y musulmanes. Se organizaron enton- 1ces las célebres Cruzadas con intención primaria de resca– tar los Santos Lugares y con el fin secundario de unir el Oriente con el Occidente, pero sin resultados positivos Los Franciscanos y Dominicos predican more llpostolo– rum, y son enviados por los Papas a Africa, Asia, China y otras regiones del Oriente iniciándose una nueva era mi– sionera, remota precursora de la actual. 283. 5. º Método político. -En la época moderna el misionero se dilata inmensamente; la actividad misional tiene que extenderse a países desconocidos ; América y •Oceanía se agregan al campo misional de Europa, Asia y Africa; pueblos de todas las razas, de todos los grados de civilización, de mentalidad y lengua muy distinta, exigen nuevos métodos y nuevas formas. A los misioneros les incumbe un triple deber: cristianizar, civilizar y colo– nizar. El Papa Alejandro VI, en sus Bulas del 3 y 4 de mayo de 1493, concedía a los Reyes Católicos el derecho exclusivo
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