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39C LA MEDICINA y LAS MISIONES dominicos, franciscanos, jesuítas, de las Misiones Africanas de Lyon, del Espíritu Santo, del Sgdo. Corazón, S. Quintín, de Insoudun y de otras entidades. Existen, además en Francia, desde el 1923, la obra llamada Des Bons Samaritains, cuya finalidad es reclutar médicos y enfermeros para las misiones. En 1925 se estableció en Bélgica L"Aide Medical aux Mi.\.sions, Asociación de médicos católicos, y otra de estudiantes de medicina en la Ur,iversidad de Lovaina que tienen el mismo fin. En Estados Unidos las Misiones Extranjeras de Maryknoll han hecho una intensa propaganda para crear asociaciones médicas y en algunas se dan cur– sos regulares de medicina a los Misioneros. En las Universidades de, Georgctown 1_Wasbington), Creighton (Omaha, Nebrasca) se han crea– do las becas de medicina misional; los que aspiren a ellas tienen que ser recomendados por Catholic l,iedical Mission Board y deben com– prometerse a ejercer su profesión durante cinco años en las ]Vlisiones. En Akmonia se celebró en 1921 el Primer Congreso Médico :b,'lisional y organizósc un importantísimo Instituto ·Médico en Würzbur,¡o (Ba– viera) que ha enviado numermos médicos al campo misional (1). El frar:ciscano P. Gemclli, Rectoi de la Universidad del Sacro Cuore. de lVIilán, ha inaugurado clases de medicina en la misma, para mióio– neros 1 talianos. En España se ha lanzado la idea en el Congreso Misio– nal de Barcelona, siendo favorablemente acogida por todos los misio– nófilos. El Dr. D. Ricardo Royo Villano ,a, catecirático de Patología y Clínica Médica de la Universidad de Zaragoza era el enrnrg,Hfo de desarrollar el dguicnte tema: La lv[edicina y las },fisiones, lo que no pudo realizar por motivos de enfermedad. «Si yo ahora pudiera– dice-que no puedo, no dudaría en crear, como se hizo el año pasado con la Teología, una Cátedra en nuestra Universidad, destina,Ja a la preparación especial necesaria para la cultura médico-higiénica de los misioneros y para ampliar, con los estudios necesarios los de aquellos estudiantes de medicina que, simpatizando con esta idea, desearan dedicar sus posteriores actividades profesionales a coop~rar directamente en la gran Obra J\1isional. Es idea que brindo al nuevo Rector, Dr. Lozano y al insigne especialista en Paludismo y enfer– medades del sueño, Dr. Pittaluga, en la seguridad de que la acogerán con la diligencia que su importancia merece». Ojalá que estas pla– lusibles iniciativas sigan adelante y lleguen a ser consoladora realidad (2). (1) V. P. ARENs, o. c. p. 145. Cfr. también J. VERNERT, S. J. La Medicine au service des l'llissions en L'annee ,Wissionaire, 1931 (2) "No pasó desapercibido a los protestantes el influjo tras-

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