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EL EJEMPLO Y SACRIFICIO 375 \Conformes y aprobadas por la autoridad de la Iglesia, ,como también abolir sistemáticamente las costumbres y ritos que se observen en los países misionados mientras no sean contrarios a la religión y buenas costumbres. Nada causa más odio y antipatía que desterrar las costumbres dd país e introducir las extranjeras de la propia nacio– nalidad (1). § IV. Ejemplo y sacrificio El mis10nero católico debe ser alter Christus, otro segundo Cristo en su vida apostólica, revestido de su celo, d.:: su espíritu, de sus virtudes y santidad. Pero debe bri– llar singularmente por el buen ejemplo y sacrificio. 264. 1.º Buen ejemplo.-El misionero es el espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres; es la luz del mundo y la sal de la tierra que debe alumbrar y sazonar con obras y palabras. Todas las miradas se clavarán en él, será objeto de observación para ver si practica lo que ienseña a los demás. Inconscientemente los paganos le (1) «Nullum studium ponite, dice la Congregación de Propaganda, nullaque ratione suadete illis populis ut ritus suos, consuetudines et mores mutent, modo non sint apertissime religioni et bonis mo– ribus contraria. Quid enim absurdius quam Galliam, Hispaniam, aut Italiam, aut aliam Europae partem in Sinas invebere? Non haec, sed fidern importate, quae nullius ritus et consuetudines, modo prava non sint, aut respuet aut laedit, imo vero sarta tectaque esse vult... Co!lect. I, n. 132.
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