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366 DE LA PREDICACION 253. Clases de predicación.-El Evangelio se puede predicar y anunciar de varias maneras, según las personas y las circunstancias: a) Por la instrucción privada de la doctrina cristiana, en las casas de la Misión o a domi– cilio. Salta a la vista las dificultades y el campo res– tringuido que este método ofrece. Será viable alguna que otra vez y en casos excepcionales, como sucede en algunas regiones de herejes. b) Por la catequesis de niños o adultos, para catecúme– nos y neófitos, donde se les prepara e instruye para reci– bir el bautismo y afianzarse en la fe. Si los misioneros lo– gran infundir en las inteligencias y corazones de los niños los esplendores de la fé, los conocimientos más exactos posibles de los deberes cristianos, el santo temor de Dios... se habrá dado un gran paso para fundar y dilatar en el campo misional el catolicismo. Bajo la alta dirección e inspección de los sacerdotes misioneros, podrán colaborar en la enseñanza del catecismo y rudimentos de la fé, los Hnos. Legos, los Maestros, las Religiosas, los Catequistas y aún los más adelantados y ejemplares de los mismos convertidos (1). En las catequesis y escuelas, en las preparaciones para primera comunión, los misioneros y sus auxiliares no deben limitarse a ilustrar la inteli– gencia con nuevos conocimientos, ni mover los corazones con amores platónicos; sino también enseñarles a mani– festar prácticamente y con los hechos la doctrina que les predican. e) El tercer modo de predicar será por medio de pláticas sencillas, y sermones dogmáticos y morales, aco– modados a la capacidad de los oyentes y conformes a las (1) Primus accedentium ad fidem gradus est Cathecumenorum. qui ex gentilitate veniunt animo christianam amplectendi relígionem. S. CoNGR. PROPAG. FrnE, lnsfrucliones ad munera apostolica rite abeunda, 1669, cap. 6.

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