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DE LOS FINES MATERIALES Y SOCIALES 363 250. 3.2 Conviviendo el Estado, de esta manera cons– tituído, con la Iglesia organizada, armonizados sus derechos y deberes, según los principios éticos y canónicos, culti– 'lando la agricultura, el comercio, las ciencias y las art~s, es como se llegará al pleno desarrollo del ser huma– no y cristiano. Todas estas finalidades las resume el P. Janvier en las siguientes palabras: «Los misioneros como maestros de primeras letras, tienen que iluminar aquellas obscuras cabecitas, machacar una y mil veces con niños, adultos y viejos las ideas y formulismos religiosos; como sacerdote, tiene que bautizar, predicar, casar, absolver, y celebrar el Santo Sacrificio; como médico, farmacéutico y enfermero, tiene que visitar y asistir a los enfermos, preparar los remedios y aplicarlos, construir los féretros y sepultar a los muertos; como abogado tiene que, defender a los pequeños contra los grandes, a los extranjeros de los golpes de los indígenas, a estos del yugo de los extranjeros; como juez y pacificador, tiene que reconciliar a los enemigos e impedir la efusión de sangre; como carpintero, zapatero, albañil, operario, arquitecto e ingeniero tiene que fabricar casas, iglesias, ciudades, trazar calles, secar pantanos, tronchar árboles maléficos y plantar los fructíferos, tiene que sembrar y recoger, talar los bosques y hacer florecer los desiertos; así ejerce todos los oficios; su vida la pasa del altar a la cátedra, de la pila bautismal al confesonario, de la cuna del recien nacido al lecho del agonizante, de la Iglesia a la escuela, al asilo, a la cantera, al laboratorio; ningún oficio le humilla, ninguna necesidad le retiene, ninguna empresa la desanima; de sus manos, de sus ojos, de su co– razón, de sus labios, de su fe, salen ríos de luz, de bondad, de civi– lización, de religión, sin que ninguna idea de lucro le impulse; ne, exige ni oro, ni perlas, ni avalorios. ni vestidos de subido precio; lo que da, lo da gratuitamente. Para encontrar palabras capaces de tra– ducir tanta generosidad, tanto desinterés, es preciso recurrir a las Sagradas Páginas y aplicar al discípulo lo que se dijo del Maestro : Se entregó a sí mismo sin reserva y sin ambición... Pertransiit bene faciendo ». Este es el resumen de los fines misionales, lle– vando al hombre caído, que está fuera de la Igle– sia católica, la salud del alma y del cuerpo, los bienes sobrenaturales y los naturales, los individuales, familiares y sociales.

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