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358 FoRMACION DEL CLERO lNDIGENA al contrario, deben estar unidos los unos con los otros por el mutuo respeto y caridad. Para cumplir con estos fines urge la necesidad de fundar Seminarios Diocesanos, Cen– trales o Generales en los mismos campos de Misión o enviar los alumnos al Colegio Urbano de Propaganda o a alguno de los otros Colegios Internacionales de Roma (1), Para organizar la Iglesia de Cristo completamente-continúa el mismo Pontífice -·es necesario servirse de todos los elementos de que por divin:, ordenación se compone: síguese en consecuencia que debéis contar como una de vuestras principales obligaciones el instituir Con– gregaciones religiosas indígenas de ambos sexos. ¿Por qué razón en– tre los nuevos seguidores de Cristo aquellos que sienten el divino impulso de inspiración celeste hacia más alta perfección, no han de profesar los consejos evangélicos ? Sobre este punto no se deben llevar más de lo justo, los misioneros y religiosas que trabajan en en vuestro campo, por el amor del propio Instituto, aunque sea justo y legítimo, acortando d campo de visión para no considerar las cosas en una comprensión más amplia. Si hubiere indígenas que desean pertenecer a las antiguas Congregaciones, no siendo ineptos para embeberse de su espíritu, o si desean procrear en su país otra ram¡¡ de la Congregación que lleve su hermandad y semejanza, en ningú1¡ modo se les prohiba o haga desistir de su propósito: reflexionando empero imparcial y escrupulosamente, si será más ventajoso fundar nueva,- Congregaciones que se conformen mejor con la índole e in– dígenas y con las circunstancias o necesidades de cada país». Lo referido no necesita comentarios, sino pronta realización por part¡¡, de todos los interesados, a medida de las posibilidades. He aquí los fines primarios de las Misiones. Realizadas las conversiones individuales, cristianizados los pueblos. fundada y establecida gradatim la jerarquía eclesiástica, educado el Clero Indígena en número y calidad suficiente, establecido el estado religioso para ambos sexos, queda cumplida la misión del misionero, como tal, y el reino de Cristo florecerá espléndido y glorioso. (1) Puede verse el número de Colegios de esta índole en P. ARENS, O. C. pág. 198 y sigs.
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