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DE LOS FINES SOBRENATURALES 353 A estos fines primarios, tanto genérico como específico, se unen otros secundarios que, directa o indirectamente, convergen connaturalmente al establecimiento y consoli– dación de la Iglesia. Por esto, para mayor claridad, nos ha parecido conveniente dividir este capítulo en tres artí– culos, tratando sucesivamente de los fines sobrenaturales, intelectuales y materiales. ARTÍCULO I DE LO5 flNE!i SOBRENATURALES 239. 1.Q Todas las obras, de orden natural, tienen por fin supremo y extrínseco la gloria externa de Dios. Dios. comunicando su bondad a las creaturas, les destinó tam– bién un fin intrínseco, según su naturaleza. El fin in– trínseco, relativamente último, del alma racional es su propia felicidad. Perdidos los derechos a la bienaventuranza por el pecado grave de origen, Dios, en su infinita miseri– .cordia. se compadeció del hombre caído, y le envió a su Unigénito Hijo para levantarle y redimirle. Sic enim Deux dilexit mundum, ut Filium suum unigenitum daret: ut omnis qui credit in eum, non pereat, sed habeat vitam aeternam (1). Este es el fin de la redención, de la gracia, de los sacramentos, de la predica- c10n. Ese es el fin último de todo apostolado, de toda actividad misionera en cualquier parte del mundo que se ejerza. Dentro y fuera del catolicismo, en tierra de cristianos o infieles, de cismáticos o herejes, el objetivo final intrínseco, relativamente último, de sus ministros. de sus enviados, de sus cooperadores, es siempre el mismo : (1) ]oan_ HI, 16

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