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334 NECESIDAD DE IMPLANTAR LA MISIONOLOGIA EN S. Y C. ría además vida. ¡ Que horizontes tan nuevos y tan amplios se abri– rían ante los ojos de nuestros jóvenes, si se estableciera una cátedra de misiones en nuestros seminarios! Qué erudición tan herm0¡sa y a la. vez tan útil no produciría en nuestros jóvenes estudiantes! Y ¡ cuánto no ganaría el espíritu al encontrarse con ese verdadero ma– nantial de las nobles aspiraciones! (1). § V Necesidnd urgente de un cur110 de Miaionologín CieDtíficn en In carrera ed~i:áatica 228. De lo que acabamos de decir, se deduce clarí– simamente la necesidad de implantar en los estudios ecle– siásticos de nuestros Colegios y Seminarios un curso com– pleto de ciencia misional a la mayor altura que nos sea posible. Y esta es precisamente la finalidad de este Ma– nual, cuya idea bullía ya en mi mente por los años de 1925 cuando tuve la ocasión de asistir en la Univer– sidad de Münster (Alemania) a las lecciones del célebre Misionólogo, Dr. Schmidlin. Además de ser en sí una necesidad y una esperanza, es también una recomendación pontificia. El actual Pontífice Pío XI en el discurso de inauguración a la grandiosa Exposición Misional Vaticana, el 21 de diciembre de 1924 dice : « Hemos querido que el conjunto magnífico de las Misiones, de esta obra verdaderamente divina, esté como iluminado por una luz única que revele, no sólamente la belleza, sino también los más delicados pormenores. Por esta razón Nos hemos deseado que la parte científica, geográfica, médica y literaria de las Misiones, ocupe un lugar importante, porque es siempre la región de las ideas de donde descienden las grandes directivas de la acción. Vivimos en unos tiempos en los que más que nunca se ha manifestado que todos (1) Cfr. P. S1LVESTRI-PAMPLONA, o. c. p. 27 y P. MANNA, º•· c. p. 234.

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