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MEDIOS PARA FOMENTAR LAS VOCACIONES MISIONERAS 327 224. 6. 0 Inscribirse en Asociaciones de índole misional.– Será también de excelentes resultados inscribirse en alguna Asociación de índole misional acomodada a la capacidad, edad, estado y condición de los individuos. Todo Colegio y Seminario debiera promover alguna obra misional, sobre todo, las aprobadas y recomendadas por la Santa Sede. Excusa decir que las Pontificias deben ocupar el primer lugar entre todas las demás. Mediante estos y otros medios se extenderán los hori– zontes del sacerdote, no se concentrarán únicamente en los estrechos límites de una parroquia, de su tierra, de su patria; su celo y caridad pasará los mares y los continentes, para abrazar con un solo abrazo de amor cristiano a los infelices habitantes de Alaska y de la Groenlandia, a los negros del Cabo y de la Etiopía, a los indios y chinos del Imalaya, de la Birmania, del Japón... a los mahometanos de la Turquía y del Africa, a los cis– máticos de Rusia, en una palabra, a todos los que están fuera del redil del Buen Pastor que vino a dar la vida p.-:>r sus ovejas que son todas las almas redimidas por su sangre El precepto de la caridad no se limita a las personas qu2 se tienen de cerca, y a las necesidades que más nos lastiman, sino se ha de extender por la inmensidad del espacio y más allá de los mares, donde hay nuevos cielos, nuevas tierras y pueblos innumerables que yacen todavía en las sombras de la muerte. Este espíritu de unión y asociación misional es preciso qu{; se extienda también fuera de los Seminarios y Con– ventos, que se difunda por todas las capas sociales, por todas las categorías y clases de personas; porque el precepto de la caridad y de la evangelización no es exclu– sivo de la Iglesia docente, de clérigos y religiosos; es de todo fiel cristiano. Para toda clase de personas hay aso– ciaciones apropiadas en España y fuera de ella; y quien debe darles a conocer, implantarlas, organizarlas, dirigirlas,

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