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MEDIOS PARA FOMENTAR LAS VOCACIONES MISIONERAS 321 § 11 Medios pnro fomenfnr lna vocaciones misionerna 218. Dadas algunas pinceladas generales sobre la ne– cesidad de fomentar el espíritu misional, nos parece opor– tuno añadir algo sobre los medios más comunes de conse– guirlo. 219. l.º La ornción.-Si en toda empresa es imprescin– dible el concurso de Dios, de manera especial en la salva– ción de las almas, obra sobremanera divina. Esos auxilios necesarios se obtienen ordinariamente por la oración. El mismo Jesucristo lo dijo: Rogad al amo de la mies que envíe operarios a ella. Y S. Pablo dice: Y o planté, Apolo regó; pero Dios fué quien dió el incremento. (1). Dios es quien ha de suscitar las vocaciones, mas es necesario rogar por ellas. «Dadme-decía León XIII-un ejército de almas rezadoras y conquistaré la tierra para la fe». Si queremos que Dios envíe nuevos operarios evangélicos, que el Espíritu Santo mueva los corazones juveniles a tan glo– riosa empresa, oremos con fervor y constancia. El primer medio, dice Benedicto XV, en la Encíclica Maximum illud, fácilmente asequible a todos, es la oración por la conv¿rsión de los infieles; en especial las almas consagradas a Dios, pueden ofrecer sus oraciones, misas, sacrificios, penitencias, comuniones, etc. en favor de las Misiones y rogar con insistencia que mande Dios operarios a su mies. Todas aquellas personas religiosas que por su profesión no pueden ejercer el apostolado activo, deben, sin embar– go, cooperar con la oración y la penitencia. De la gran española, la seráfica Virgen del Carmelo, Sta. Teresa de Jesús, decía Gregario XV en la Bula de su canonización: «Lloraba con perpetuas lágrimas las tinieblas de los infieles y herejes, y por iluminarlos no sólo dirigía contínuas oraciones, sino ofrecía ayunos y afligía su carne con pe- (1) I Cor., III, 7.

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