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C1s.MAT1co5 Pero debemos observar que estos y otros defectos de los Protestantes no destruyen el peligro; porque van sembrando el error, la incertidumbre, la confusión y la aversión a la Iglesia católica. Despojan al cristianismo de su fuerza vivificadora y sobrenatural, mezclándole con buenas dosis de doctrinas paganas. Sería triste y doloroso que los católicos dejáramos tomar el ec 1 mpo al enemigo competidor, y sofocar la abundante mies con la zizaña y el error. Se cumplirá entonces lo del Evangelio; que los hijos de las tinieblas son más prudentes que los hijos de la luz. Er mundo pagano será de quien lo ocupe, lo ocupará quien lo conquiste, lo conquistará quien se organice y quien trabaje. Organicémonos y traba– jemos contra los 220 millones que nos le quieren arrebatar. ARTÍCULO IX CISMÁTICOS 207. El Cisma consiste en la separación de la Iglesia por la negación de 1a obediencia al Romano Pontífice, su ca- beza visible. Estrictamente hablando, no es lo mismo que herejía: ésta niega la unidad de mientras :1c1. solamente la de régimen. Todo hereje se puede decir qu2 es rían bendecidos los 761 pastores (chinos), serían confortados los 21.813 catequistas chinos; los 294.825 comunicantes recibirían nueva fuerza, los 79.610 no comunicantes bautizados serían empujados 1111a nueva actividad religiosa... «Otro ministro Rvdo. White, respondía en la misma revista: las cifras publicadas en el Recorder y la ,,pli– cacion que de ellas hace el Rdo. Loivry laceran el corazón. Si des– pués de un siglo y más de trabajo. con un dispendio anual de millones de dólares, no podemos mostrar más que diez convertidos por opc– raric, debe haber en nuestra obra un defecto radical. ¿No es el nuestro en nuevo caso de Afo115 parturit, nascitur ridic11l11s ¡;¡w; '" Cf. MANNA, La conversión del mundo infiel. p. 109.

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