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300 PROTESTANTISMO ARTfCULO VIII EL PROTESTANTISMO 206. Como es sabido, el Protestantismo es la Reforma iniciada por Lutero, seguida por Calvino, Zwinglio, Me– lanchton y otros innumerables, apoyados por muchos pode– res civiles. Se extendió rápidamente por Europa, en es– pecial, en los países de raza anglo-sajona. Fué causa de enormes trastornos religiosos. políticos, sociales y morales. La Seudoreforma lleva en su origen, en su historia y en sus perniciosos efectos su misma refutación e ignominia. La Seudoreforma. fundada principalmente en la inde– pendencia de la razón y en el libre examen, se ha pulveri– zado en innumerables sectas (1), cuyos errores y divergen– cias dogmáticas no nos detenemos a enumerar ni refutar, por juzgarlo fuera de nuestro cuadro. Nos limitaremos únicamente a brevísimas indicaciones referentes al campo misional. a) Movimiento misional protestante.--Las sectas desi– dentes, aun en los períodos de su máxima vitalidad, no sintieron los impulsos de conquista, y limitaron su actividad a luchar contra la Iglesia Católica en las naciones civilizadas. Pero hace ya algunos decennios que han salido del estado de inercia, emprendiendo una cruzada misional por el mun– do pagano, poniendo a su servicio ingentes sumas de di– nero, hombres, mujeres y niños. No se puede disimular que (1) Tales corno los Luteranos. Cafoinistas, Zwinglianos; Anglica– nos, Presbiterianos, Baptistas, Metodistas Evangélicos, Irvingianos, Viejos católicos, Puritanos, etc. etc.

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