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CARTA DE PRESENTACIÓN 5 y utilidad del estudio de la Misionología a este respecto; lo encontrarán los lectores muy acertadamente expuesto en el capítulo correspondiente de este «Manual». Pero sí queremos consignar, con el eminente misionólogo italiano G. B. Tragella, que «desde el punto de vista científico no hay duda que un estudio y un conocimiento profundo de todo el complejo del problema misional acarrea a la ciencia, m1:y particularmente a la Teología, una cantidad tan ,f!,rande de materiales y vitalidad, que ha sido posible la constitución de la Misionología como una rama separada de la ciencia teológica». No hay más que examinar, si– quiera sea someramente, las relaciones que la Misiono– lof!.íc.· tiene con las diversas disciplinas teológicas: con la Dogmática, la Escritura, la Moral, el Derecho, y de una manera especialísima con la Historia Eclesiástica y con la Apologética, para comprender la utilidad grandísima que éstas ,-eportan de aquélla y la importancia que, por c:m– siguiente ,tiene la Misionolo,f!,ía en la formación cien– tífica del sacerdote, como complemento utilísimo de los estudios teolór1,icos. Desde el punto de vista práctico es mayor, si cabe, la utilidad que el sacerdote puede reportar del estudio de los di1 1 ersos aspectos del problema misional. El sacerdote, en efecto, por el mero hecho de serlo, está más obligado que nadie a interesarse en la obra expansiva del Evangelio. Su vocación es vocación misionera, vocación de apóstol; :va que a todos los sacerdotes indistintamente se refieren las palabras de Jesucristo a los Apóstoles: «Ego elegi vos, ut eatis», «sicut missit me Pater et Ego mitto vos», y a todos igualmente ha sido intimada la misma orden de

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