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T Ams :-ro y e oNFLTJANrsMo 287 fericrcs toman formas de animales generalmente hostil:?s y maléficos, se acentúa más la superstición en el culto de muertos; continúan la magia y hechicería, se arraiga la creencia en los sueños y se verifican otras adulteraciones religiosas. En 589 a. C. se encuentra el primer caso de esto es, que en los eventos tristes o alegres de importancia, uno de la familia se suicidaba, a fin de entrar en el otro mundo y llevar la noticia a sus .antepasa– dos. Esta práctica se hizo después bastante habitual. II. El Taoísmo.---Lao-tse, según algunos sinólogos, vi– vió en el siglo VI antes de la era cristiana. Fué probable– mente archivero imperial y el representante principal de la Filo,,oLa ;,íuica. cuyas ideas compendió en su célebre libro Tao-tei-l2ing (Libro de la vida y de la virtud). Su vida y personalidad se han revestido de muchas leyendas. Mencionaremos algunas de sus ideas filosófico-religiosas. (el gran camino) es el principio absoluto de todas las cosas. Indistinto e innominado en su origen, pasa a ser contingente y material. a medida que las saca de su fondo. se fracciona y manifiesta (1). El proceso emanati vo y formativo de las cosas se verifica por la acción mutua de un principio masculino llamado yang y otro femenino ape– llidado yin, en los que algunos quieren ver representados la materia y la forma de los peripatéticos. Según sus mis– mos discípulos, el Tao o Razón primera produjo el Uno. es decir, pasó del estado de No-ser al estado de Ser. Uno produjo dos, dividiéndose en principio femenino, o yin, y en principio masculino. o yang. Dos produjo tres, es decir, el ( l) ,, El Tao o Razón suprema-se dice en el Tao-lúng---, conside– rado en su estado de inmovilidad, carece de nombre... Sólo cuando corncnzu :< dividirse y revestir formas corporales, tuvo un nombre... El Tao o la Razón suprema existe en todo el universo, y lo penetra ~on toda su e:dstencia, a la manera que los ríos y torrentes de los valles se c:,tiendcn en los ríos y los mares» Cfr. C. GoNZ.\LE:, Historia de r, Fil., t. l., p. 53.

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