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284 DEL BuoISMO 4.-La idea capital de la Etica búdica tiende a la extin– ción de toda actividad, para llegar a la absoluta impasibili– dad. En sus manifestaciones posteriores es bastante ele– vada, tiene mucho de parecido con la estóica y se aproxima, en parte, a la cristiana. Sus prescripciones se condensan en el pentálogo siguiente: No matar, 110 robar, no cometer impurezas, no decir mentira, no embriagarse. Cakiamuni señaló. además, otros seis preceptos positivos: la limosna, la 1Jirt11d, la paciencia, la aplicación, la contemplación y la sabiduría (1). Estos preceptos morales sufrieron en el transcurso de los siglos hondas alteraciones, adiciones y deformaciones. 5.--La filosofía, la religión y la moral del Budismo no,; presentan cuadros policromados en los que aparecen belle– zas singulares, notables contrastes y flagrantes contradic· ciones. Algunos budófilos han querido parangonar al budis– mo con el cristianismo. Nada más lejos de la verdad. Tie– ne, es cierto, algunos puntos de analogía en su moral; pero proceden de la ley natural, grabada en todo ser racional. La ley natural nos la presenta incompleta, la contemplación apá– tica, pasiva y estúpida, la abnegación se verifica por la inercia intelectiva y volitiva absolutas, el término de toda virtud ha de ser el aniquilamiento personal, la práctica de la caridad y beneficencia sirve sólo para la purificación, y muchas veces se reduce a un puro signo (2). Todos sus principios y máximas morales carecen del verdadero y sólido principio que es la existencia de Dios personal, el cual niegan, o en abso - luto, prescinden. Si el Budismo merece, pues, nuestra admirn, ción y simpatía por su elevación, de ninguna manera las afi– nidades y, mucho menos, identidades con el catolicismo que algunos racionalistas le quieren atribuir. Su parte buena (1) Cf. C. Go,-z,LE=, o. c., p. 45. (2) Cf. CARMINATr o. c. 100.
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