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210 PORVENIR DE LAS MISIONES hasta los Benedictinos y los Premostratenses, etc., es decir, casi todas las ordenes misioneras se han dado cita para conquistar para Jesucristo este inmenso país hace poco tan desconocido y abandonado. 111.-.E.L PORVENIR D.E. Li\5 MISION.E.5 166. El porvenir de las misiones. -Hemos dado una rápida ojeada a la historia de las Misiones; hemos visto los gloriosos principios del Evangelio, su rápida difusión por el mundo, sus triudos, sus vicisitudes, sus dificultades y hasta sus pasajeros eclipses. Por delante de nosotros han desfilado uno por uno los héroes de la Fe, que con el Evangelio en la mano se han lanzado a la con– quista de los pueblos y naciones, no para sí, sino para Jesucristo; desde el Príncipe de los apóstoles, que es tam– bién el Príncipe de los Misioneros, hasta el oscuro soldado de la fe, que muere de frío en los hielos de Alaska o de sed en medio del desierto, al ir en busca de las ovejas que no son todavía del redil de la Iglesia. A pe:,ar de tanto trabajo. de tanto heroísmo, de tantos sudo– res, de tanta sangre derramada. hay todavía más de mil millones de infieles, ¿ servirá esto para hacemos desfa– llecer y hacer desistir de la empresa? De ninguna manera; antes al contrario, el intenso proselitismo que se ha des– pertado estos últimos años entre los católicos, debe ha– cernos esperar que ese número tan elevado de infieles disminuya rápidamente. En efecto; cada año las conver– siones se ven aumentar en progresión geométrica, todo lo cual, unido al celo y enorme interés que por la obra de las misiones han demostrado y siguen demostrando los Su-

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