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CcESTION DE LOS RITOS MALABARES 195 observancia todos los misioneros, antes de partir para China. origen tuvo la cuestión de los ritos malabares, así por haber sido primeramente suscitada en las Misiones del Maduré o Malabar, en el Indostán, dirigidas también por los PP. jesuítas. P. sobrino del cardenal Belarmino, llegado a aquella misión en 1606, observó también la obstinada re– sistencia que la casta de los brahmanes oponía al catolicis– mo, por el desprecio que profesaban a todo lo extranjero y a que no se acomodara a sus usos y costumbres. Para vencer esta resistencia, creyó que no había nada de malo en acomodarse al modo de ser de dichos brahm.!1- nes. adoptando su indumentaria y sus ritos en Jo que no se a la doctrina católica, viviendo desde enwnces como un verdadero brahmán, lo que le valió numerosas conversiones entre aquella casta orgullosa que hicieron mucha influencia en el pueblo. Pero bien pronto la conducta de Nobili llamó la aten– ción de los restantes misioneros, en especial de los fran– ciscanos, tachándosele por algunos de apóstata. La cues– tión fué llevada igualmente a Roma donde causó tanta extrañeza la conducta del P. Nobili, que el mismo cardenal Belarmino se creyó obligado a escribir a su sobrino una carta donde le reprendía severamente. El Papa Gregario XV prohibió al P. Nobili seguir permitiendo aquellos ritos, pero habiendo ido éste en persona a la ciudad eterna, dió tales razones en su descargo que, no sólo logró ,rei– vindicar su persona, sino que obtuvo una Bula del mismo Gregario XV, con fecha del 31 de enero de 1623. en que le daba la razón. Los sucesores de Nobili parece que fueron más lejos en sus concesiones a los brahmanes, por lo que los mi– sioneros capuchinos de Pondichery se creyeron obligados a denunciarlos a Roma, donde, estudiada detenidamente la