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CuEsTION DE LOS R1Tos MALABARES 193 emperador seguía protegiendo a los misioneros de su ca– pital, prodigando toda su confianza al P. Parrenin que había sucedido al P. Schall, muerto en 1666. Desde enton– ces, las persecuciones se sucedieron incesantemente, con pequeños intervalos de paz, sin que, a pesar de todo. el catolicismo pudiera ser desarraigado de la China, como lo fué del Japón. Las Misiones de la China sufrieron rudo golpe con la supresión de los jesuítas en 1773, teniendo los franciscanos dominicos y agustinos que redoblar los esfuerzos. hasta que llegaron nuevos refuerzos con los PP. Lazaristas que sustituyeron a los jesuítas en la corte, con el mismo éxito y con idéntico resultado; con los capuchinos. que evangelizaron el Tibet y con los PP. del Seminario de Mi– siones Extranjeras de París, que fundaron en China sus misiones más florecientes (1). 152. La cuestión de los ritos chinos y malabares.– La cuestión de los ritos chinos y malabares dió origen a largas disputas entre los misioneros de la China y de la India, durante muchos años, con notable perjuicio, a veces, de la propagación del Evangelio. La cuestión de los ritos chinos tuvo origen en .el P. Mateo Ricci. Había notado dicho Padre que la vene– ración que los chinos profesaban a Confucio y los ritos y sacrificios que en su honor estaban obligados, por ley imperial, a tributarle, sobre todo los magistrados y man– darines, era una grave dificultad para su conversión al catolicismo, a pesar de su buena voluntad. Queriendo ob- (J) Sc:HALL, Relatio de initio et progressu mis:,ionis Soc. Jesu ín regno Si1wrum (1665). Huc. HistoirC' du christianisme en Chine, (1857,l. D'G1nEANs. La Pie du P. Aíat. Ricci, (París, 1693). FACHI VENTURI, L'Apostolato del P. M. Ricci d. C. d. G. en Cina. (Roma, 1910) E. Rxc:cr. Gli itinerari del P. AI. Ricci a traversa la Cina (Palermo, 1911). P. Miguel BAQUERO, Algunos trabajos de los misioneros jes11itas en la rnrtografia colonial espcn"iolo. (Barcel. 1914).

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