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1\ÍISIONES EN CHINA 191 cieron el martirio, como los PP. Pedro de la Asunción, Apolinar Franco y Juan de Sta. Marta, franciscanos, el P. Tomás de Zumárraga. dominico y el P. Spinola, jesuita, no cesando la sangrienta persecución hasta exterminar por completo el catolicismo del Japón, cuyas puertas es– tuvieron cerradas para el cristianismo hasta fines del siglo pasado, y esto bajo la amenaza de los cañones europeos (1). 151. Misiones en China. -S. Francisco Javier muno a las puertas del Celeste imperio sin haber tenido la dicha de cumplir sus deseos de convertirle a la fe de Jesucristo. Pero sus hermanos en Religión se encargaron de cumplir su testamento. El P. Melcbor Núñez fué el primero en poner sus pies en territorio chino desembarcando en 1556 en Cantón, mas no pudo por entonces hacer otro cosa que tomar posesión del imperio chino en nombre de la Iglesia. ]\fas tarde, los PP. Ruggieri, Sánchez y Cabral comen– zaron en serio la evangelización del país, con éxito ex– traordinario, sobre todo, después que el P. Cabral logró convertir a uno de los más celebres letrados, lo que movió a muchos del pueblo a seguir su ejemplo. Pero, sin duda, que el más celebre misionero de la China en aquel siglo fué el P. Mateo Ricci, jesuita, llegado a China en 1583. hijo de una noble familia italiana. Este ~n– signe misionero creyó que podría grandemente influir en la conversión de los chinos, si lograba introducir la fe en corte imperial. para lo que se dirigió a la capital, que era entonces Pekín, con pretexto de acompañar a un man– darín. (1) FAUDRE, Missio1is du ]apon (Lion, 1830). GARCIA GARCES. Relució11 de la persecución que hubo en la Iglesia del Japón (Madnd, 1625) Historia del Cristianismo en el Japón, según el R. P. Charlevoix por P. L. G. (Barcelona, 1858). V. Archivo Ib.-Amer. n.º 87. pgs. 308-51.

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