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178 MISIONES DE LOS JESUITAS 140. Misiones de los Jesuífas.-Los jesuítas, lie.;;ados a América en pos de franciscanos y dominicos. no traba– jaron menos ni con menos fruto en la conversión de los indígenas; unas veces solos y otras en colaboración con los demás misioneros. Predicaron en Chile y en Perú con los franciscanos y dominicos. Entraron en las extensas re– gio1112s del Brasil, donde consiguieron un fruto extraor– dinario. valiéndose. entre otras cosas, de la afición que los indios mostraban a la música. por lo que idi?arnn poner ,¿,,1 música el catecismo. Al bablar de las misiones del Brasil, no puede omitirse el nombre del P. Anchieta, jcsuíta español, y provincial de las rnisioncs de su Orden en aquel país, donde llegó en 1553. Escribió varios trabajos históricos y trabajó con tal celo y con tan copioso fruto. que con razón se le llamó «el apóstol del Brasil». Cuéntase de él que bautizó cerca de dos millones de indios, y que una vez estuvo bautizando dw·a r:te 24 horas sin interrupción, teniendo que sostener su-; brazos otros dos misioneros, para que no se cayeran de cansancio. Son muchos los milagrosque se refieren en su vida, por lo cual, por su gran celo apostólico y por sus relcvantl?s virtudes, se ha introducido su causa de beati– ficación. Mucho perdieron las misiones del Brasil con la muerte del P. Ignacio Acebedo y de sus 39 compañeros jesuítas, cap– turados y asesinados (1570) por los hugonotes franceses La crítica moderna ha puesto en su verdadero punto las exageraciones del V Las Cc1sas, hijas más bien de su carácter violento y de su celo ,ndiscrern, y ha hecho justicia a sus contradictores, entre los cuales se eacontraban misioneros ihistrcs, que habían trabajado tanto o más que el P. Las Casas en la evangelización y bienestar de los indios. De nada de esto parece haberse enterado el misionólogo italiano Ugo ]\¡1Joni. que, al mismo tiempo que tributa al P. Las Casas exageradas alabanzas, trata despectivamente a sus contradictores, con descono– cimiento de la verdad histórica.