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172 Los Dm,ff:--rrcos Y OTRAS ORDENES RELIGIOSAS En Inglaterra trabajaron también en la conversión de los anglicanos los capuchinos Leonardo de París y Arcán– gel de Leslie, y en Francia, los hugonotes tuvieron por constantes adversarios a los capuchinos Angel de Joyeuse y, sobre todo, al célebre P. José de Tremblay (1567-1628) consejero de Richilieu. quien puso particular empeño en organi::ar misiones capuchinas entre los hugonotes fran– ceses, con tal éxito que el famoso Obispo de París. Pedro de Gondi. pudo escribir al Papa Clemente XIII: «Después 1 de Dios, a los capuchinos debe la religión católica se res– tauración en Francia». En Sui::a fué célebre el capuchino fra11cés Querubín de Marienne (1565-1610), compañero de S. Francisco de Sales. que predicó en Suiza y en Sabaya con éxito extraordinario. Por último, los capuchinos tuvieron parte muy importante en la creación de la Congregación de «Propaganda», cuya existencia se debe en parte al P. Jerónimo de Narni (1562- 1632), y cuyo primer mártir fué S. Fidel de Sigmaringa (1622), el apóstol de los Calvinistas de la Recia (1). 135. Los Dominicos y otras órdenes religiosas.--To· das las demás ordenes religiosas compitieron en celo por la conversión de los protestantes, ya con sus predicaciones. ya con sus escritos; pero entre todas merece especial mención la Orden de Sto. Domingo. que, haciendo honor a su gloriosa historia científica en defensa de la Iglesia. lanzó contra Lutero y sus secuaces una verdadera legión de polemistas. que redujeron a la nada todo el artificioso tinglado de la teología protestante. (1) Rocco DA CESINALE., Storia del/e missioni dei Cappuccini (Roma, 1867, sig.) P. CLEMENTE DE TERZORIO, Le Missioni dei },fínori Ca¡.,uccini (vol. I, Recia, Mesolcina, Sofía e Filippopoli, (Roma, 1913). E. ALENt~oN, Lefo11s d'liistoire Fra11cisrni11e, (París 1918).

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