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150 MISIONES EN PERS!A y ARABIA floreció bien pronto, y el catolicismo se extendió rápida– mente por todo el país, siendo necesario crear nuev¿1s diócesis. El catolicismo floreció allí durante muchos años. apo– yado por los reyes, hasta que, a fines del siglo VI. los he– rejes monofisitas, después de algunas frustadas tentativas, lograron dominar en el país con el nombre de Coptos. Los católicos que permanecieron fieles, se dieron a sí mis– mos el nombre de Melquitas. ARMENIA, donde tanto trabajó, como vimos más S. Gregario el Iluminado, fué después evangeli=ada por nu– merosos misioneros católicos, entre los que merece mención el Obispo S. !v1eropio, a quien se debe la mven– ción del actual alfabeto armenio y la traducción a e,;ta de toda la S. Escritura en 428. Una santa mujer, llamada Nunia. a quien el Sefior había concedido la gracia de hacer milagros, introdujo la fe en Georgia (325), región vecina de Armenia. Los cristianos de estas dos regiones soportaron heróicamente las perse– cuciones de los reyes de Persia, siendo sostenidos y ani– mados por sus santos obispos. Más tarde se dejaron tam– bién inficionar por los errores monofisitas, apartándose de la obl:~diencia a la Iglesia romana, si bien muchos de ellos volvieron a abrazar el catolicismo en que han per– manecido hasta ahora. 109. Misiones en Persia y Arabi,1. En Pcrs:a sígu10 haciendo progresos el cristianismo en los si_glos tercero y cuarto; no obstante las terribles persecuciones del 342, a que los sometieron los reyes de aquel país. s:Jbre todo, Sapo, (309-381) e Isdegerdes ( 400-421), por el solo delito de ser la religión de los romanos sus enemigos. Pero los cristianos persas fueron sostenidos en estas sangrientas persecuciones, además de la gracia de Dios. por el celo y las exhortaciones de sus Obispos, de una manera especial,

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