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:'VlrsIONEs DE AmsINIA Y Al\1ERICA 149 y sin cuento. S. Atanasio (373) y S. Hilario (366) son célebres por sus luchas con los arrianos. S. Cirilo con ,,2storíanos; S. Agustín ( 430) con Maniqueos, Do– natistas Pelagianos; S. Juan Crisóstomo (407), S. Am– brosio (397) y S. Jerónimo (420) contra toda clase de herejes. de tal manera que bien puede decirse que ellos fueron d sostén de la Iglesia en aquellos siglos de lu– cha 108. Misiones de Abisinia y Armenia.--No por dedi– carse a la conversión de los herejes, dejaron los misioneros católicos abandonadas las misiones entre infieles; sino que siguieron con celo infatigable trabajando en su con– versión. así dentro del Imperio Romano, donde aun queda– ban muchos, como en las regiones vecinas, en muchas de las cuales ya habían entrado anteriormente. ABISINIA, o por otro nombre ETioPIA, cuyas primi– cias fueron el eunuco de la reina Candaces, convertido po:- el diácono Felipe, y en donde, según la Tradición, ha– bía predicado con extraordinario fruto el Apóstol S. Ma- teo, vió muy pronto extenderse por su territorio numerosas cri~tiandades. Pero los verdaderos apóstoles de Abisinia fueron los santos Frumencio y Edesio. Con pretexto de acompañar a un sabio de Tiro, en un viaje de exploración científica. estos dos jóvenes audaces penetraron en aquel país. Asaltados en el camino y hechos prisioneros por los indígenas, fueron conducidos a presencia del rey, que los recibió con benevolencia y les favoreció mucho, permi– tiéndoles que predicaran libremente el Evangelio en todo su reino, lo que practicaron ellos con grandísimo celo, so– bre todo. después que Edesio fué ordenado sacerdote y Frumencio, Obispo de Abisinia (328). La Iglesia abisinia (1) V. MIGUEL Yi.·s, Patrología, Madrid, (1889)- \ \

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