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]EsVCRIST() Fl;~wADOR DE LAS 1vUS!ONES 141 Por otra parte, esta misma esperanza brillaba también entre los gentiles, cuyo estado de degradación había lle- a tales extremos. que· se hacía necesaria la veni– da de un Redentor que era esperado entonces más que nunca por todas las almas rectas que aun quedaban en e] paganismo; esperanza que se reflejaba vivamente en mu– chos de sus ritos y en los oráculos de sus sibilas. 95. Jesucristo fundador de las Misiones. -A llenar todfü:' estas esperanzas y deseos vino Jesucristo, quien, al mismo tiempo que fundó la Iglesia, fundó también las Misiones, por el mero hecho de encomendar a esa mis– mq_ Iglesia la propagación del Evangelio y la predicación de la fe por todo el mundo. 96. Primeros ensayos. -Para esta obra grandiosa de la Propagación de la fe. quiso Jesucristo valerse de los hombres y escogió doce discípulos, a los que llamó Após– toles. que quiere decir «misioneros» y a otros setenta y dos, a los que llamó simplemente «discípulos». Antes de man– darlos definitivamente por el mundo a predicar su Evange– lio, quiso adiestrarlos en esta difícil empresa, y, con este fin, los envió de dos en dos por los cercanos pueblos de Palestina, dándoles entonces algunas reglas o normas de conducta que habían de observar en su ministerio y que, por ser de Jesucristo. tienen un valor extraordinario e indiscutible, y que «muy bien pueden considerarse, dice Hugo Mioni, como el gran Código del misionero católi– co" (1). 97. Misión de los apóstoles. -Poco antes de subir Jesucristo al cielo, quiso encomendar definitivamente a sus apóstoles la difícil misión de predicar su evangelio por (1) Manuale di Afissionología, lib. 1, 2, pag. 15 (1921) V. ScH~<JDLJN, Katholische .i\1is~ion.sgeschichte, 11.

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