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ÜTROS PADRES Y DOCTORES 85 Evangelium, quod non audierunt, audient atque susci– ·pient (1). ARTÍCULO IV OTROS PADRES Y DOCTORl'.5 52. La Tradición misional no se ha interrumpido nun– ca en la Iglesia, como tampoco su actividad misionera. Los numerosos textos misionales de los Padres y Doctores posteriores a la época de florecimiento de la Patrística, du– rante los siglos IV y V, nos dan de ello pruebas bien fehacientes. Bástanos citar los nombres de S. Gregario Magno, San Beda, S. Juan Damasceno, S. Isidoro, S. Bernardo, San Anselmo, Sto. Tomás, S. Buenaventura y otros muchos Doc– tores medioevales, cuyas obras sería prolijo recorrer, y, por otra parte, lo consideramos impropio de un Compendio de índole necesariamente esquemática. Nadie duda que la Tradición, representada por los Pa– dres y Doctores de la Iglesia, nos suministra doctrinas eminentemente misioneras y principios fecundos de misio– nología teorético-fundamental; pero también es forzoso confesar que no se encuentran tratados sistemáticos de una ciencia orgánica. independiente, con líneas definidas y límites determinados. Esta ciencia empieza a deslindarse y a adquirir paulatinamente cierto grado de autonomía con el celebérrimo misionólogo B. Ramón Lulio, muerto el 29 de junio de 1315, a vistas de la isla de Mallorca en su regreso de Bugía donde había sido apedreado por la fé de Jesucristo (2). (1) Lib. II, cap. 17. Esta obra se atribuye a Salviano. (2) De sus obras e influencia hablamos en otros lugares.

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