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PADRES DE LOS SIGLOS IV Y V 83 había sido recibida y aceptada por todos los pueblos conocidos, en todos los cuales existían entonces Iglesias muy florecientes (1). Podía la Iglesia, por tanto, llamarse católica; no sólo de derecho, sino también de hecho, « eo quod per totum orbem ab extremis terrae finibus ad extremos usque fines diffussa est. .. tum etiam, eo quod omne hominum genus recto cultui subjiciat», como dice S. Cirilo de Jerusalén (2). Los Apóstoles y los demás misioneros de la Iglesia habían cumplido el mandato de Jesucristo, cuando les dijo: Euntes, praedicate Evangelium omni creaturae, que quiere decir, según comenta S. Juan Crisóstomo: « Yo no os envío solamente a dos, a diez o a veinte ciudades, ni tampoco a una sola nación; sino a toda la tierra y a todos los mares; en una palabra, a todo el mundo, esclavizado por toda clase de delitos» (3). 51. S. Ambrosio, S. Agustín. S. Jerónimo, S. León Magno.-Los Padres latinos abundan igualmente en ideas misionales. No solamente los judíos, quiere Dios que se salven, sino también todos los hombres que El ha creado, dice S. Ambrosio, «omnes suos vult esse, quos condidit et creavit» ( 4); todos, «non facta aliqua exceptione » ; los que pecaron en el primer Adán, deben ser restituídos a la gracia por el segundo Adán celestial, que es J esu- cristo (5). Ninguno de los SS. Padres abunda tanto en ideas (1) Epist. ad ]ovinian. n. 2. M. P. G. t. 26. col. 815 y sigs. (2) Catech. 18.23. M. P. G. t. 33. col. 1043. (3) Hom. 15 in Matth. M. P. G. t. 57. col. 231.-HARTUNG. ]ohannes Chrysost. und die Heidenmision. (4) In Ps. 39. n. 20. M. P. L. t. 14, col. 1117. (5) Ornt. 33, n. 9, Ibíd.

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