BCCCAP000000000000000000000189

DE L.\ PROYJNl!L\ '.IG18-17!J(i¡ de Felipe IY y que siempre fué considerado de patronalo rral 18). El OI'igen del segundo convento de :\ladrid mPreee una nwnci(m algo más extensa. Fué el año 163;2 cuando unos ju– díos de la cnpilal escarneciel'On un crucifijo. azolúndolo y nndn sus restos en mm alcanlurilln. La Inquisición no lnrdi'i en tomnI· carlas en el asunto, y descubrió y condenó él los nulon·s del sacrilegio; en nq11Pl mismo lugar mandó colo– Cíll' 1 n padrón de ignominia, refiriendo el delito y el corres– casligo. Pero ln piedad de los Reyes, y sobre todo d(• J :-:abel de Borbón, esposa de Felipe IV, quiso dar una re– paracitín más cumplida a la pública ofensa, y rn diciembre de 163!1 se fundaba allí una capillita con la imagen de Cristo erucificado, confiando el culto de la •misma a los Capuchi– nos, quienes inaut-rnraron de esle modo el convento Real lla– mado de La Paciencia, situado en la actual plaza de Bilbao; en 1040 se nomhrn Guardián y los locales sr destinan a no– ,-ieü1do (rn). l~l primitivo eouwnto de Toledo se hallaba situado en lu– µ-m· ameno, pero malsano; los religiosos deseaban no sólo acercm·sP más a la ciudad, sino también escoger un sitio mús salubre. Supo el Cardenal :\loseoso y Sandoval estos deseos y ei año 1652 les ofrrció la capilla dedicada a Santa Leocadia, emplazada dentro de la ciudad, junto al Alcázar, que estaba completamente abandonada; el Rey tomó también este con· vento bajo su patronato, al que ya pertenecía la capilla. Ape– nas f'omenzarou los Capuchinos a oficiar en aquella ca– pilla, el culto adquirió grande esplendor y se convirtió en rnrta de frecuenles y devotas peregrinaciones; tenían '' tan bien dispuesta la cárcel dé la Santa, que causa admiración y drvoción mirarla, que es uno de los santuarios más fre- (l S) Cf. CAHLOS DE ALMEHÍA, Crónicas, lug. cil., p. 355; ~L\TEO DE AN– GCIANO, El paraíso en el desierto, p. 91. (19) Erario, p. 24; Statisti.ca Orcl. Fr. Min. 8. P. N. Francisci Capucci– norunt Prov. Castella.e, p. 45, Matriti, 1!J09. í<~strr Estadística da algunos da– tos cronológicos que no parecen confornfrs con los del Erario. La historia del convento la describió difusa.mente el P. Mateo ele Anguia.no, La nueva, Jerusalén, o historia lle la {undación del Real com:ento de 11fadrid de ,la Pa– ciencia, Madrid, 1709.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz